«Me llamo Myriam, empecé mi tratamiento con la ortodoncista hace casi seis años, durante los cuales han estado en contacto con mi cirujano en todo momento, puesto que dicho tratamiento era muy preciso y delicado.
Mi caso era de mordida abierta y mala oclusión, lo que me causaba mucho dolor mandibular, fuertes migrañas y malas digestiones por una deficiente masticación de los alimentos. Gracias a la buena coordinación de la ortodoncista Montse con mi cirujano, la precisión y diversas atenciones por parte del equipo, hoy por fin puedo masticar y sonreír correctamente, sin ningún problema ni dolor particular.
El proceso ha sido largo y duro, no ha sido fácil y la espera ha sido larga, sin embargo ha valido la pena. Todo esto no habría sido posible sin el gran esfuerzo y apoyo de la doctora Montse y todo su equipo. Desde el primer día que entré en la consulta me han tratado con mucha amabilidad y simpatía, me han informado en todo momento de cada tratamiento y sus posibles consecuencias, me han animado cuando mi paciencia se agotaba o cuando entraba algo decaída, me han calmado cuando me he sentido nerviosa y asustada antes de mi operación, se han preocupado profesional y personalmente por mí en todo momento en persona y por teléfono, incluso enviándome preciosas tarjetas de felicitación en cada época del año por motivos festivos o de cumpleaños.
El primer regalo que recibí cuando desperté de mi operación maxilofacial fue un libro de parte de todo del equipo, un detalle que dentro del dolor me provocó mi primera sonrisa en lo que sería mi nueva vida (como yo la llamo). En cada cita se han adaptado a mis necesidades y han sido cuidadosas, si la memoria no me falla, he sido atendida por cada una de las miembros del equipo, he visto como mi cara cambiaba en todo este proceso y también como el equipo aumentaba con futuros (tal vez) «miniortodoncistas», no ha habido ni un solo día (fuese una cita de 30 minutos o de 2 horas y media) en el que no me hayan hecho sentir cómoda.
Gracias a la doctora Montse y a todo el equipo por el buen trato, el cariño, el esfuerzo y la dedicación que mostráis con los pacientes. Yo particularmente me he sentido muy querida y arropada por todas, empezando por recepción, donde además de darme las citas, me transmitían calma, dulzura y cariño; hasta cada una de las consultas de atención, radiografías o fotografía, en las que nunca faltó un: «¿Cómo estás hoy?», y alguna que otra conversación amable y amena.
Recomendaría una y mil veces el tratarse ahí, no solo por los buenos resultados profesionales y la seriedad y eficacia en el trabajo realizado, sino también por el trato personal. Yo no me arrepiento de haberos escogido y sólo os agradezco todo y más. Os llevo en mi corazón.»