Apnea del sueño

¿Te sientes somnoliento durante el día sin explicación? ¿Roncas fuerte o te despiertas sin aliento en medio de la noche? Si es así, puedes ser uno entre los millones de personas afectadas por apnea del sueño.

La apnea del sueño es una condición en la cual la respiración se detiene periódicamente durante el sueño, hasta 20 ó 30 veces por hora. («Apnea» es una palabra griega que significa «sin aliento»). Si sufres de apnea del sueño, cada vez que tu respiración se detiene, la falta de oxígeno resultante pone a tu cerebro en alerta, y éste te despierta temporalmente para reiniciar la respiración correcta.

Debido a la brevedad del tiempo que pasan despiertas, la mayoría de las personas que sufren apnea del sueño no lo recuerdan, y pueden pensar que están descansando correctamente durante la noche. Sin embargo, el ciclo constante de dormir-despertar-dormir-despertar impide el sueño profundo que permite el descanso corporal y las personas con este problema con frecuencia se sienten somnolientas durante el día.

  • Insomnio o dificultad para dormir
  • Fuertes ronquidos durante la noche
  • Despertar durante noche sin aliento
  • Resoplidos o ruidos asfixiantes durante la noche (que indican que la respiración vuelve a comenzar)
  • Dolor de cabeza al despertar por la mañana
  • Dormirse sin querer durante el día
  • Somnolencia excesiva durante el día

Hay tres categorías de apnea del sueño. La más común se llama apnea obstructiva del sueño (AOS) y ocurre debido a una obstrucción física, generalmente el colapso del tejido blando en la parte posterior de la boca. Menos común es la apnea central del sueño (ACS), en la cual la respiración se detiene porque los músculos involucrados no reciben la señal apropiada del cerebro. Además, algunas personas sufren de apnea del sueño «mixta» o «compleja», la cual es una combinación de la apnea obstructiva y la central.

Se suele utilizar el término Síndrome de apnea-hipoapnea durante el sueño (SAHS), debido a que incluye una referencia específica a las hipoapneas (reducción del flujo del aire a los pulmones), las cuales se consideran de importancia creciente tanto en adultos como en niños; evita el término obstructiva, lo que permite incluir no sólo éstas, sino también las mixtas y las centrales y, finalmente estas siglas coinciden tanto para la traducción española de Síndrome de apneas-hipoapneas durante el sueño como para la anglosajona Sleep apnea-hipoapnea syndrome (SAHS).

La apnea obstructiva del sueño es más común en el hombre que en la mujer y más común en adultos mayores de 40 años que en adultos jóvenes y niños. Sin embargo, todas las personas, sin distinción de sexo o edad, pueden sufrir de apnea del sueño. Otros factores de riesgo incluyen la obesidad, fumar, consumir alcohol, usar sedantes o tranquilizantes, la presión arterial alta, y los antecedentes familiares. La apnea central del sueño afecta más a menudo a las personas con afecciones cardíacas, trastornos neuromusculares, derrames o tumores cerebrales.

La apnea del sueño se considera un trastorno médico grave y si no se trata puede provocar hipertensión arterial, aumentando el riesgo de insuficiencia cardíaca y derrame cerebral. El estado continuo de fatiga causado por la apnea del sueño puede ocasionar dificultad de atención y concentración en el trabajo o en los estudios e incluso depresión nerviosa. La somnolencia también puede ser peligrosa como causa de accidentes laborales, de tráfico y domésticos.

Los tratamientos varían ampliamente y dependen de la gravedad del problema y del tipo de apnea. El tratamiento básico puede ser observar ciertas medidas relacionadas con el estilo de vida, por ejemplo, se indica a los pacientes que pierdan peso, dejen de fumar o duerman de lado en lugar de boca arriba. Además de eso, se pueden utilizar aparatos nocturnos (CEPAP) que por medio de una mascarilla bombean aire a presión de manera continua o dispositivos orales para modificar la posición de la mandíbula de tal manera que prevengan la obstrucción de la garganta. En casos más graves, la cirugía podría ser la mejor opción.

Consúltelo con su médico quien le recomendará un especialista. El especialista podrá solicitar «un estudio del sueño» (polisomnografía) para diagnosticar el problema con mayor precisión y poder indicar el tratamiento adecuado. Si la apnea precisa un tratamiento con un dispositivo oral que modifique la posición mandibular durante el sueño se hará un aparato a medida para el paciente.

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